Pero solo él pudo haberse ido de la forma en que lo hizo. Después de publicar un álbum que fue catalogado como de los mejores del año pasado, Bowie se hizo uno con las estrellas. Como su testamento, Blackstar mitifica a un hombre que con su último aliento concibió una críptica obra sobre la inmortalidad y un regalo de despedida para todos quienes lo siguieron en algún punto de su vida y por ello deberíamos de estar agradecidos siempre.
Y aunque en gran parte de sus últimos años se mantuvo musicalmente inactivo, este no estuvo alejado del mundo, pues usualmente podíamos verlo aparecer en distintos lugares y de las formas más inesperadas. Cómo olvidar su cameo en Zoolander o su extraño rol como Nikola Tesla en El Gran Truco. Su versatilidad era innegable.
★"Something happened on the day he died".★
Si bien no tuvimos material original de su parte durante toda una década, Bowie no siguió el camino de la mayoría de sus contemporáneos al distanciarse del panorama musical actual, sino todo lo contrario. En este nuevo siglo, su interés por las nuevas bandas quedó al descubierto con el respaldo que mostró hacia ciertos actos independientes, algunos de ellos convertidos hoy en superestrellas. Arcade Fire, Tv on the Radio y Kashmir tuvieron la oportunidad de colaborar con él y otros más como Lorde y The Secret Machines recibieron su apoyo en vida. Su relevancia era innegable a pesar de su relativa ausencia.
Su sorpresivo regreso hace unos años fue bienvenido y celebrado tanto por fans como colegas. La pregunta era: ¿había vuelto para quedarse o simplemente para cerrar el círculo finalmente? No tuvo que pasar mucho tiempo para darnos cuenta que, en efecto, Bowie quería pasar sus últimos días haciendo música y una última declaración sobre todo lo que rodeaba su enigmática figura.
La luz de David Bowie se apagó hace un año en la Tierra, pero en el firmamento nació una estrella.
Por: Bertobellamy