En un experimento conducido por la revista Auto Express en conjunto con Roadsmart, se analizó el comportamiento del conductor mientras escuchaba distintos tipos de música.
En el estudio se utilizaron las siguientes canciones: Slipknot – (Sic) , Taylor Swift – Shake it off , Kendick Lamar – HUMBLE y Johann Sebastian Bach – Goldberg Variations.
Los resultados mostraron que entre más pesada y extrema era la música, el conductor era más errático y poco precavido en su manejo.
La música clásica daba como resultado que el conductor se relajara mucho, mientras que la música pop parece ser lo indicado para un estilo de manejo controlado y estable.
Se hizo una prueba en el Red Bull Ring Grand Prix de Austria, que constó de 2 vueltas a varias aceleraciones, retos de velocidad cerrando con una parada controlada en la línea final, todo esto mientras en cada ocasión escuchaban las canciones antes mencionadas a todo volumen.
Mientras escuchaba Slipknot, el tiempo del conductor fue 14 segundos más lento que su vuelta de control y mucho más errática que las otras pruebas.
Al escuchar Bach el resultado fue 12 segundos más lento, la canción de Kendrick terminó con un final mal ejecutado y la vuelta con Taylor Swift terminó por ser la mejor en términos de calidad de manejo y de consistencia de velocidad.
Tim Shallcross de Roadsmart declaró: “Queda claro que con la ferocidad del metal, se reduce la habilidad del conductor de conducir suavemente” “Eso y la música enérgica para bailar, están diseñadas para sentirse y escucharse, de hecho para escucharse a buen volumen, por lo que está claro que ninguna de las 2 ayuda cuando se trata de hacer maniobras precisas al manejar.”
Además de esto añadió que “El volumen es el factor que más afecta la concentración, en definitiva le recomendaría a los conductores que bajen el volumen cuando tengan que maniobrar y que guarden el metal para otro momento del día o para la noche.”
Fuente: NME