En su primera visita en solitario al país, el dúo británico presentó un set soportado únicamente por los estruendos de la batería y el bajo, sin visuales ni cualquier otro elemento; sonido crudo y directo. Únicamente con un tecladista de apoyo, Royal Blood repasó sus más grandes éxitos aprovechando la promoción de Back to the Water Below, su más reciente álbum. No habían pasado ni dos minutos cuando el público enloqueció con el poder de “Out of the Black”. Sería una velada breve pero intensa.

Mike Kerr hizo un derroche de su peculiar estilo para tocar. Aunque no había guitarras en el escenario, se podía escuchar claramente una. Y hasta con un bajo al mismo tiempo, como en “Boilermaker”. Los pedales, por supuesto, hacían el trabajo.

A pesar de los problemas acústicos inherentes del foro, los fans se entregaron por completo, a tal grado de que Kerr declaró que nunca antes habían tocado para una audiencia tan “salvaje” como aquella. De hecho, Ben Thatcher, el baterista, también maravillado con la respuesta, se tomó un momento para adentrarse en el público y sentir la energía de cerca.

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“Lights Out”, “Typhoons” y, claro, “Little Monster” recibieron la mayor ovación durante el concierto, pero ninguna se comparó con el espectacular final durante “Figure It Out”: una poderosa explosión de riffs y batacazos que llevaron a todos al júbilo por varios minutos.

Especial fue también la interpretación de “Limbo”, que sonó por primera vez en este tour.

Aunque los británicos hablaron poco, la conexión fue evidente, todo gracias a la música y al talento de Kerr y Thatcher; el segundo, sobre todo, demostró el suyo con varios solos.

Al final, Royal Blood ofreció una muy buena dosis de rock con su primer show estelar en México.

Por: Diegoberto
Fotos: KruczynskiWho