En 2005 y prácticamente de la nada, una selección mexicana logró lo impensable al obtener el campeonato que ningún otro equipo mexicano había conseguido.
A pesar de no ser novatos en este tipo de competiciones, nunca se había logrado una buena participación en los mundiales hasta la coronación del 2005. Jugadores como Giovani Dos Santos, Carlos Vela y Cesar Villaluz lograron saltar al estrellato e incluso equipos de gran renombre como el Arsenal y o el Barcelona los vieron jugar entre sus filas.
Quizá esa generación perdió el rumbo rápidamente. La inconsistencia, los malos manejos y la falta de proyección pudieron haber sido las causas de que este triunfo no trascendiera realmente en el futbol nacional.
Esta vez, los seleccionados mexicanos tienen una oportunidad inmejorable para repetir esa hazaña y aunque el camino se ve un poco más complicado, existe el talento y el esfuerzo para poder llegar a ese último partido que todos añoran.
Jóvenes como Fierro, Espericueta y Casillas ya han tenido acercamientos con clubes extranjeros para integrarlos a sus plantillas y es que la calidad que han mostrado durante el torneo, es de resaltar.
Aunque no se logre el objetivo final, el camino tendrá que ser el mismo, una continuidad que lleve a los jugadores a ser completamente profesionales e integrarse a su selección mayor que les dé una nueva oportunidad de sobresalir a nivel internacional.
En cuanto a los otros contrincantes, Alemania es sin duda el rival a vencer. Después de varias goleadas y un nivel de juego muy lejos de lo infantil, los teutones no han tenido mayor problema y la final parecer el escenario normal para ellos.
La ciudad de México fue elegida con el Estadio Azteca para albergar este último partido y el que se disputará por el tercer lugar del campeonato. Importantes personalidades del medio estarán presentes, como el mismo Joseph Blatter, Presidente del FIFA.
Hasta ahora, el mundial parece haber sido un moderado éxito para el país. La gente fue respondiendo lentamente y algunos partidos han tenido un lleno total. Todas las selecciones tuvieron un caluroso recibimiento y algunas gozaron del apoyo incondicional del público. Los estadios tuvieron las mejoras necesarios y ningún percance de consideración dificultó el desarrollo de la competencia.
Lo ideal sería a ver a nuestro país disputando la gran final, que de suceder, sería contra una gran selección y pavimentaría el camino hacia grandes cosas en un futuro no muy lejano.
Por Diegoberto Maldonado
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